¿Eres más de podcast? Si quieres, puedes escuchar este capítulo con mi propia voz.
Lo más auténtico que tenemos es nuestra propia voz, única e irrepetible. En ocasiones no nos atrevemos a sacarla y mostrarla por el qué dirán, los miedos, las inseguridades, el no creer en nosotras. Entonces nos quedamos en la prisión y nos callamos nuestra verdad.
Vivir sin poder expresar nuestro sentir es encadenar el corazón, reducirlo, limitarlo, esconderlo entre disfraces, silenciar sus latidos, aplacar sus destellos.
Desnudarse es despojarse de los nudos que ahogan al corazón
Cuando identificamos esas resistencias que impiden aflorar nuestra voz es momento de decidir: ¿me compensa seguir así: invisible, sin capacidad de reacción, sin energía, sin hacerme oír? ¿o me merezco expresar mis anhelos en libertad, sin miedo, con la confianza de estar en mi sitio, haciendo justicia y expresando desde mi centro? La elección es tuya.
Según expresaba Aristóteles, los sonidos emitidos por la voz son los símbolos de los estados del alma. Así, un alma libre y en paz nos resonará muy positivamente en nuestro interior, llegando incluso a acariciar nuestras conciencias e iluminar aquellas sombras que aparecen en la noche oscura del alma que escribiera el poeta San Juan de la Cruz.
A veces mi corazón va donde mi voz no llega.
Alejandro Sanz
La voz como vivencia para acunar los sueños, encender la música que nace dentro, dar luz al corazón, denunciar lo injusto, entregar amor en forma de caricia sonora… ¡Sacar la voz como acto de Libertad y Valor!